Claudia Bello estuvo al frente de la provincia menos de seis meses, lapso en el que convocó a elecciones a Gobernador y se produjo uno de los grandes bochornos políticos en la historia del Taragüí: la «desaparición» de un elector radical. Se fue con pena y sin gloria.
Luego de casi dos décadas de ostracismo político, Claudia Elena Bello vuelve a la gestión pública: fue designada en el directorio de ARSAT, la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales. La porteña dirigente que se hizo famosa en la década menemista, tiene un pasado que la liga a Corrientes: fue Interventora Federal de la provincia desde el 14 de agosto de 1992 al 6 de febrero de 1993.
Corrientes atravesaba turbulencias políticas. En las elecciones de 1991 no se pudo consagrar a quien sucedería al liberal Ricardo Leconte al frente del Ejecutivo Provincial. Por aquel entonces, eran los electores quienes definían a quien se sentaría en el sillón de Ferré. La fórmula del pacto Autonomista Liberal, Raúl «Tato» Romero Feris – Lázaro Chiappe, ganó las elecciones con el 43%, 10 puntos más que el candidato peronista Alberto Di Filippo, pero sólo alcanzó 13 de los 26 electores en juego. Esta imposibilidad numérica llevó a que el 10 de diciembre de ese año nadie pudiera jurar como Gobernador.
El 7 de febrero de 1992, el presidente Carlos Menem designó a Francisco de Durañona y Vedia (un diputado de la UCEDE que se alineó al peronismo) fue designado como Interventor. Pero en medio del desastre político que era Corrientes por ese entonces, el 12 de agosto de 1992, a partir de un Decreto de Necesidad y Urgencia, se amplió la Intervención Federal «a los efectos de reorganizar al Poder Judicial» y se facultó a quien fuera elegido a «designar o remover magistrados». Un par de días después, una muy joven Claudia Bello aterrizó en Corrientes designada Interventora Federal.
Se convocaron las elecciones para el 20 de diciembre de 1992. El Pacto Autonomista Liberal volvió a ganar en las urnas pero por esa curiosidad del Colegio Electoral, que dividía a la provincia en tres, el peronismo logró 12 electores contra sólo 11 de los conservadores. Los otros 3 eran del radicalismo.
Un acuerdo entre el pacto y los radicales se habría sellado para que Noel Breard asuma la gobernación con 14 electores. Ello para evitar que el menemismo llegue al poder en Corrientes. El viernes 15 de enero de 1993 los electores juraron y pasaron a un cuarto intermedio hasta el día siguiente para la votación. Pero esa noche, uno de los electores radicales, Ramón Tabaré Bruzzo, «desapareció». Mucho se habló en ese entonces de que el menemismo habría puesto una millonaria cifra para evitar que un radical llegue al Gobierno de Corrientes. Y que en esa operatoria habría estado muy involucrada Bello. Otra vez trece electores. Otra vez la imposibilidad de ungir a un Gobernador.
Menos de un mes después, el 6 de febrero de 1993, y sin poder resolver el conflicto político, Bello dejó el cargo en Corrientes. Fue reemplazada por el radical Ideler Tonelli bajo cuya conducción se eliminó el Colegio Electoral y se estableció el sufragio directo. Las elecciones finalmente las volvió a ganar la dupla Autonomista Liberal.
Bello, además, fue subsecretaria de la Juventud de la Nación, subsecretaria de Acción Pública y Derechos Humanos, secretaria de Relaciones con la Comunidad del Ministerio del Interior y, por último, secretaria de la Función Pública hasta 1999, cuando culminó la era menemista.
Por este último cargo fue procesada por presuntas irregularidades, y se la acusó de realizar contrataciones directas y sin licitación. Esto fue en el marco de la búsqueda de soluciones ante el supuesto problema informático que se estimaba para el año 2000, conocido como Y2K, que amenazaba con generar fallas en los softwares del mundo.